Bases y orientaciones de la capacitación judicial: desafíos 2020 de la Academia Judicial

  • Categoría: General
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  • 1 Dic 2019
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  • por : Academia Judicial
  • El diseño e implementación del plan de trabajo se enmarca en el 25° aniversario de la Academia Judicial, lo que potenció un proceso reflexivo para revisar las orientaciones necesarias para que la capacitación judicial permita aportar a una mejor justicia.

Durante el 2019, en el marco del plan de trabajo de la Academia Judicial se han desarrollado una serie de acciones con el objetivo principal de innovar y posicionar la capacitación de acuerdo a las necesidades estratégicas del Poder Judicial. Al respecto su director Juan Enrique Vargas afirma que la meta es “posicionar la capacitación como el gran emblema de la renovación y la calidad en el funcionamiento del sistema judicial”. 
 
Además de aspectos de desarrollo institucional, el plan se focalizó en revisar la calidad de la oferta pedagógica de la Academia, con el principal objetivo de “mejorar la calidad, oportunidad y pertinencia de los cursos y programas que imparte la Academia”. 
 
Con ese fin se trabajó durante el segundo semestre en la definición de perfiles en conjunto con una consultora externa que, luego de un proceso participativo, definió los perfiles para 12 cargos del escalafón primario y secundario. Al mismo tiempo se realizó una encuesta de necesidades de capacitación (DNC) con el fin de detectar brechas frente a esos perfiles susceptibles de ser llenadas a través de actividades de capacitación. Adicionalmente a estas acciones, se complementaron los hallazgos de esas encuestas con otras fuentes de información relevantes que se han levantado: políticas públicas en el sector, definiciones estratégicas de la Corte Suprema y de las Cortes de Apelaciones y compromisos asumidos por el Estado de Chile que demandan acciones concretas de capacitación.
 
Este DNC orientará la reformulación de los programas y la revisión de la totalidad de la oferta pedagógica a partir del año 2020.
 
 
Principales desafíos 2020 para los Programas de la Academia Judicial
 
  1. Programa de Perfeccionamiento: supervisión y evaluación
Durante el 2019 se avanzó en cambios esenciales para poder abordar durante el 2020 una revisión completa de todos los cursos. “Estos cambios nos permitirán concentrar la oferta en un grupo más reducido y manejable de cursos (inferiores a los 350 actuales), dirigidos a los temas esenciales de la función jurisdiccional y con un acento especial en el desarrollo de habilidades y destrezas”, enfatiza el Director de la Academia.
 
En este mismo sentido, se ha potenciado la modalidad e-learning como un nuevo canal eficaz de perfeccionamiento de los/as destinatarios/as del Programa de perfeccionamiento, es así que el año 2020 se iniciará el uso de su aula virtual, ofreciendo cursos de perfeccionamiento online.
 
Adicionalmente, y tal como se establece en las metas institucionales 2020, existen dos focos principales asociados a los desafíos del Programa de Perfeccionamiento:
 
  • Diseño e implementación de sistema de seguimiento y evaluación de los cursos de perfeccionamiento
  • Diseño e implementación programa de supervisión en terreno actividades de perfeccionamiento.
El proceso de evaluación comenzó este año con los cursos que trataran temáticas de infancia y NNA, con el objetivo de ampliar durante el 2020 el espectro de evaluaciones a todos los cursos que formen parte del Programa de Perfeccionamiento, para lograr así retroalimentar con los resultados del proceso de aprendizaje a los/as alumnos/as, a los/as docentes y a la propia Academia.
 
Para Tamara Arriagada, coordinadora del Programa de Perfeccionamiento, ambas iniciativas, evaluación y monitoreo, “resultan especialmente desafiantes, considerando el volumen de cursos y alumnos/as del programa, además de la existencia de cursos en diversas ciudades del país”. 
 
  1. Reformulación de los Programas de Formación y Habilitación
Sin perjuicio de la decisión de una reformulación importante de todos los programas y cursos a partir del próximo año, tanto en el Programa de Formación como en el de Habilitación se ha iniciado el proceso de reformulación ya durante 2019, lo anterior dada la particular relevancia de ambos programas.  
 
Específicamente en el Programa de Formación (PF), durante el año 2019 se concretaron algunos cambios significativos. Por ejemplo, se agruparon los diversos módulos que lo componen (aproximadamente 150), en 14 cursos y 6 pasantías. El otro cambio importante en el PF es la creación de uno especial (que será impartido por primera vez durante el 2020), dirigido a abogados/as con una experiencia profesional más extensa y relevante que la común de los/as postulantes. 
 
Para Alejandra Mera, coordinadora del Programa de Formación, el principal desafío asociado a la convocatoria especial es “generar el interés y disponibilidad de los/as postulantes que ya están insertos profesionalmente”, para lo cual “se diseñó un programa con una extensión de tiempo menor (6 meses, en vez de los 11 de los programas tradicionales) y se  suscribieron convenios con diversas instituciones públicas, las que concederán permisos sin goce de sueldo a sus funcionarios que sean seleccionados para el mismo, durante todo su transcurso”.
 
En el caso del Programa de Habilitación (PH), se está trabajando en una reformulación completa del mismo, la cual fue presentada al Consejo Directivo a fines de año. En base a los objetivos y la experiencia de las versiones anteriores, se consideró importante incluir una etapa de autoformación, con el fin de actualizar los conocimientos jurídicos de los/as alumnos/as, en las áreas de mayor avance jurisprudencial en los últimos años. Además de potenciar las instancias de taller y pasantías que persiguen profundizar la capacidad de razonamiento y argumentación, así como las habilidades de redacción de resoluciones judiciales.
 
Matías Vial, coordinador del Programa de Habilitación, destaca que el principal foco al reformular el programa que faculta a jueces/zas para ser ministros/as de Corte de Apelaciones, fue “repensar la malla en base a las funciones críticas que deberán desarrollar en este rol, y encontrar metodologías apropiadas que permitan desarrollar conocimientos y habilidades judiciales con particular consideración de las habilidades de razonamiento, argumentación, interpretación y redacción”.