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Sr. Guillermo Silva Gunderach, Presidente de la Corte Suprema. |
En el marco de la conmemoración del 25º aniversario de la Academia Judicial, entrevistamos al Presidente del máximo tribunal del país, Sr. Guillermo Silva Gunderach, con el fin de poder conversar sobre el rol de la Academia Judicial en el marco de un Poder Judicial que durante estos 25 años ha vivido distintos cambios, desde su composición, estructura, competencias y funcionamiento en general. A lo largo de la entrevista, el Presidente destaca aspectos prioritarios de la capacitación judicial, como son la ética y el uso de nuevas tecnologías que favorezcan la enseñanza en línea.
Durante la entrevista se destaca los compromisos asumidos por el Poder Judicial en materia de género e infancia y la participación de la Academia Judicial para apoyar los cambios desde la capacitación. Finalmente, le preguntamos específicamente al Presidente de la Corte Suprema sobre los principales desafíos frente a los futuros procesos de transformación a la justicia y las demandas ciudadanas actuales.
1. ¿Qué aspecto destacaría del rol de la Academia durante estos 25 años en el sistema judicial chileno?
La Academia ha jugado un rol clave estos años. Tanto entregando herramientas como relevando la importancia dentro del Poder Judicial de la necesidad imprescindible del mejoramiento continuo de sus integrantes. En un contexto cambiante, donde permanentemente se generan nuevas demandas, a la par de transformaciones significativas al ordenamiento jurídico, resulta indispensable la actualización de conocimientos y el desarrollo de habilidades y destrezas necesarias para que cada uno de los/as funcionarios/as judiciales pueda cumplir cabalmente con su cometido. La Academia Judicial ha venido así a complementar con lo propiamente judicial la formación de base con que cuentan los/as profesionales y empleados/as del Poder Judicial.
También quisiera destacar la importante contribución que significó para el sistema judicial que la Academia incorporara un sistema objetivo, transparente y competitivo para seleccionar a los/as futuros jueces/zas. La alta calidad profesional de aquellos que hoy se desempeñan en el Poder Judicial obedece, en buena medida, a ese sistema.
2. En un contexto donde se capacita anualmente a más de 8000 jueces/zas y funcionarios/as judiciales ¿Cuáles considera que son las principales ventajas de los cursos en línea para la enseñanza judicial?
Si en algún momento alguien pudiera haber cuestionado estos cursos, hoy, en que nos encontramos impulsando fuertemente el teletrabajo para enfrentar las complejidades que vivimos, todas esas aprensiones parecen cosa del pasado. Pero no es sólo por cuestiones coyunturales que se justifica la capacitación en línea, pues está demostrado que es un sistema mucho más apropiado para el aprendizaje de ciertos tipos de competencias, siendo flexible, adaptándose a los ritmos y necesidades de los/as alumnos/as, lo cual es particularmente útil cuando son adultos. Nos permite, además, llegar a todos los lugares de trabajo y a todas las personas, incluso aquellas que tienen restricciones para asistir a actividades presenciales.
Por otra parte, en un contexto en que el Poder Judicial en general se está tecnologizando, en que buena parte de las causas se tramitan digitalmente y hasta las notificaciones a las partes se hacen virtualmente, la capacitación en línea ha dejado de ser una opción para convertirse en una verdadera exigencia institucional.
3. ¿Cómo piensa que la Academia Judicial debiera enfrentar la enseñanza de la ética judicial?
Sin dudas se trata de un gran desafío pues siempre es dificultoso dotar de contenidos a la capacitación ética. Se corre el riesgo de convertirla en un discurso moralizante con pocas consecuencias prácticas en el comportamiento concreto de los/as destinatarios/as. Por lo mismo, me parece correcta la estrategia que está siguiendo la Academia, de aproximarse a este tema elaborando primeramente un catálogo de buenas prácticas judiciales, para lo cual se ha preocupado de incorporar activamente a los/as jueces/zas. Ese catálogo es el que debiera luego alimentar los cursos, proveyendo de ejemplos concretos de situaciones problemáticas que los/as jueces/zas deben comúnmente enfrentar, generando espacios de diálogo sobre los caminos acertados y los inadecuados para ello. Debe tenerse presente que el primer desafío es el de detectar oportunamente cuándo se está frente a un desafío de tipo ético, para no actuar mecánicamente sino reflexivamente frente al mismo.
El otro importante desafío es que la ética no sólo se enseñe en los cursos específicos dirigidos a esa materia, sino que sea un elemento transversal que cruce todas las actividades de capacitación que realice la institución.
4. El Poder Judicial está haciéndose cargo de importantes demandas ciudadanas en materias de género y tratamiento de la infancia, ¿qué rol le asigna a la Academia Judicial en ese proceso?
Efectivamente el Poder Judicial ha adoptado diversas medidas para hacerse cargo de estas demandas. De hecho, existen compromisos asumidos formalmente por el Estado de Chile en la materia, a los que estamos respondiendo. Y en todos esos compromisos un factor que no deja de esta presente es el de la capacitación, entendida como la herramienta más poderosa que poseemos para generar los cambios que se persiguen, sobre todo si ellos implican afectar la cultura institucional. Hasta el momento ha habido un diálogo muy productivo entre la Corte Suprema y la Academia Judicial para avanzar en estos temas, particularmente con la Secretaría de Género y la Comisión de Infancia.
5. Durante el 2019 en promedio se recibieron 400 postulaciones para cada convocatoria del Programa de Formación de la Academia ¿Actualmente cuáles considera que son los principales atractivos de ingresar al Poder Judicial para los/as abogados/as actuales?
La función judicial genera un innegable interés para todo/a abogado/a, pues la resolución de los conflictos no sólo constituye el ejercicio por antonomasia del derecho; sino, más importante aún, porque es la oportunidad en que la ley más evidentemente se pone al servicio de las personas. Ello explica que la principal motivación que nos expresan quienes postulan al programa de formación sea precisamente la vocación por el servicio público. A ello hay que agregar que el proceso de cambios experimentados por el sistema judicial, producto de las reformas judiciales, lo han hecho un lugar más atractivo para trabajar, a lo que hay que sumar las comparativamente buenas condiciones laborales para sus funcionarios y funcionarias.
6. Ante los distintos procesos de transformaciones a la justicia y las demandas ciudadanas ¿Cuáles considera son los principales desafíos futuros para la Academia Judicial?
Me parece que el principal desafío que esta institución deberá enfrentar en los próximos años será lograr que la capacitación judicial no sólo se haga cargo de las necesidades definidas por sus usuarios/as, sino también de las institucionales, enlazándose de ese modo más estrechamente con la carrera judicial y los objetivos institucionales definidos para el sistema de justicia.
Creo que, para lograrlo, se hará necesario revisar incluso la ley constitutiva de la Academia, para dotarla de mayor flexibilidad en sus labores.